miércoles, 17 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 18ª parte -

La Caída III.

Traducción Convencional: “Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio de él también a su marido, que también con ella comió. Abriéronse los ojos de ambos, y, viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Olivet: Aisha, la facultad volitiva, habiendo considerado que, en efecto, esa substancia, mutualmente deseada por el sentido del gusto y por el de la vista, parecía buena, y la halagada agradablemente de la esperanza de universalizar su inteligencia, desprendió su fruto, se nutrió de él, y lo dio también intencionadamente a su principio intelectual Aish, al cual estaba estrechamente unida, y él también se alimentó.
De pronto, sus ojos se abrieron igualmente, y conocieron que estaban desprovistos de virtud, de luz propia, estériles, revelados en su oscuro principio. Entonces hicieron nacer por encima de ellos una elevación umbría, velo de tristeza mutua y de duelo, y se hicieron vestidos pasajeros”.

Si reflexionamos sobre el esquema del Árbol Cabalístico (Planos de Formación y Acción), observamos, como Malkuth, representa la Tierra, ese Estado manifestado en el 4º Día de la Creación. Vemos, como el Séfira más cercano a Malkuth es Yesod, cuyo Centro representa el Arquetipo Femenino. No es casualidad, desde el punto de vista de este Esquema Cósmico, que sea el Séfira nº 9, el que esté relacionado con los Trabajos de la mujer y que fuese Aisha, el rostro femenino del hombre, la que se pusiera en contacto con las Entidades Luciferianas  y respondiera a la invitación de “comer” del fruto del Conocimiento del Bien o del Mal.

Junto a Yesod, nos encontramos a Netzah, ejerciendo su hegemonía sobre los sentidos físicos y permitiendo el despertar de la percepción corporal a través de los mismos. Es por ello, que el texto nos informa que Aisha había considerado que esa substancia era deseada por el sentido del gusto y por el de la vista y le parecía buena y la halagaba agradablemente de la esperanza de universalizar su inteligencia…

Tenemos pues, que Netzah despliega su estado potencial y estimulando los sentidos, promueve la apetencia de “experimentar” las vivencias que le ofrece el Mundo Material, y lo hace así, pues interpreta que su Inteligencia se verá “universalizada”, es decir, enriquecida con ese nuevo saber. Es aquí donde la participación de Hod, el centro donde se produce ese intercambio entre los Mundos Espirituales y el Mundo Material. No en vano, el planeta regente de este Séfira, es Mercurio, el Mensajero de los Dioses.

Cuando Netzah se activa, nos lleva a la conquista de lo deseado. Pero, para conseguir este propósito debe “convencer” a Hod-Razón. La escena se repite en la vida cotidiana. Netzah es experta en estos menesteres y utiliza las artimañas de la seducción para lograr que nuestra razón le de el visto bueno. En el caso que estamos estudiando, la artimaña fue utilizada por Lucifer, pero sabiendo que la parte “Netzah” que se encontraba en Aisha, le iba a responder, o lo que es lo mismo, estimuló los sentidos de la naturaleza femenina y emocional, para hacerla sensible al “Saber Universal”.

¿Qué mejor regalo para Hod, que el alcanzar ese nivel de conocimiento? Pero, el Cuerpo Mental de la Humanidad en esa fase del camino, ya lo hemos dicho en el capítulo anterior, no estaba preparada para asimilar ese Saber, y el resultado, sería, el que vamos a ver a continuación, los ojos de Adam y Aisha se abrieron y a partir de ese momento, dejaron de estar conectados a la Conciencia Una y se conectaron con el mundo de la percepción donde se vieron seres duales.

“desprendió su fruto, se nutrió de él, y lo dio también intencionadamente a su principio intelectual Aish, al cual estaba estrechamente unida, y él también se alimentó”.


Dice el autor, que Aisha tras comer del fruto, lo dio "intencionadamente" a su compañero intelectual, al cual estaba estrechamente unida. Esa referencia, nos deja bien claro el estado previo existente al despertar al mundo material, al mundo dual. Ese estado era un mundo de unidad. A partir de ese momento, la parte representada por el impulso motor, la Voluntad y la parte reflejada de sí misma, adquieren rostros diferentes.

De pronto, sus ojos se abrieron igualmente, y conocieron que estaban desprovistos de virtud, de luz propia, estériles, revelados en su oscuro principio. Entonces hicieron nacer por encima de ellos una elevación umbría, velo de tristeza mutua y de duelo, y se hicieron vestidos pasajeros”.

En efecto, esos ropajes de luz propia, característico de los Vehículos Superiores, incluido el Cuerpo Vital, se transforman en vestidos pasajeros, es decir, toma conciencia del Cuerpo Físico, el cual carece en su manifestación, de virtud y se revela en oscuro principio.


Traducción Convencional: “Oyeron a Yavé Dios que se paseaba por el jardín al fresco del día, y se escondieron de Yavé Dios el hombre y su mujer, en medio de la arboleda del jardín. Pero llamó Yavé Dios al hombre, diciendo: “¿Dónde estás?”
Y éste contestó: “Te he oído en el jardín, y, temeroso porque estaba desnudo, me escondí” “¿Y quién, le dijo, te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol de que te prohibí comer?”
Y dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera me dio de él y comí”
Dijo, pues, Yavé Dios a la mujer: “¿Por qué has hecho eso?” Y contestó la mujer: “La serpiente me engañó y comí””.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Olivet: Sin embargo, oyeron la voz misma de Jehová, el Ser de Seres, extendiéndose en todos sentidos en el recinto orgánico, según el soplo espirituoso de la luz del día. El universal Adam se ocultó de la vista de Jehová, con su facultad volitiva, en el centro de la substancia misma del recinto orgánico.
Pero Jehová, el Ser de Seres, se hizo oír de Adam, diciéndole: ¿dónde te ha llevado tu voluntad?
Y Adam respondió: he oído tu voz en este recinto; y viendo que estaba desprovistos de virtud, estéril, revelado en mi oscuro principio, me he ocultado.
Y el Ser de Seres replicó: ¿quién te ha enseñado pues que estabas así desprovisto, sino es la utilización de esta misma substancia, de la cual te había recomendado expresamente que no te alimentaras?
Y Adam respondió aún: Aisha, la facultad volitiva que tú me has dado para ser mi compañera, ella ha sido la que me ha ofrecido esa substancia y me he alimentado de ella.
Entonces Jehová, el Ser de Seres, dijo a la facultad volitiva: ¿por qué has hecho eso? Y Aisha respondió: Nahash, esta pasión insidiosa, ha sido la causante de mi delirio, y me he alimentado”.

Sin ánimo de frivolizar sobre este asunto que estamos estudiando, podríamos decir, que si Adam fuese una entidad individual, estaríamos hablando del primer “chivato” de la historia del hombre, pero a estas altura del camino, sabemos que, ni Adam es un ser individualizado, sino que representa a la Humanidad, y lo que es más importante, no se trata de ningún “chivatazo” pues, no era necesario que la voz de Jehová, la Ley Reguladora, lo llamase, pues esa Ley se encuentra en el interior de cada Ser. Dios en su Creación se expande a Sí Mismo y sus Chispas Divinas tienen como misión espiritualizar los diferentes Mundos donde se expresa, y entre éstos, se encuentra el Mundo Físico.

La “transgresión” de Aisha, no debe ser interpretada como un “pecado”, al que se le ha dado el nombre de “Original”. Errar no es pecar. Jehová estableció las Leyes que debe seguir cada acto creador. Ya hemos explicado su significado en varios apartados de este estudio, y no lo vamos a repetir, pero sí debemos decir, que el error cometido, fue no seguir las Leyes establecidas.  Si sembramos una semilla, debemos aguardar todos los pasos posteriores antes de desear alcanzar su fase final, la de los frutos. Si pretendemos sembrar y no esperar a que la semilla crezca y de sus frutos, entonces estamos alterando el Orden Divino. Por lo tanto, el hombre es portador de esa Ley que le ofrece el conocimiento del bien y del mal, pues esa Ley ya se encargó Elohim Jehová de que formase parte del Ser Creado.

Cada vez que no respetamos ese ciclo creativo, el conocimiento que ha de aportarnos esa creación se nos integrará al revés, es decir, por la vía del aprendizaje riguroso. En esa labor de aprendizaje, es donde intervienen con gran maestría, las huestes de Nahash, los Luciferes.

“Y Adam respondió aún: Aisha, la facultad volitiva que tú me has dado para ser mi compañera, ella ha sido la que me ha ofrecido esa substancia y me he alimentado de ella”.

Era el papel estelar de Aisha, reflejar lo que nuestra Voluntad Adámica ha dispuesto. Culpar a Aisha de hacer pecar a Adam, es no comprender la función que ha sido encomendada a la naturaleza femenina. No podemos olvidarnos que ese papel debemos experimentarlos todos y cada uno de los seres humanos. El cuerpo temporal, el cuerpo físico, es elegido por el Yo Espiritual, para aportar al Alma las experiencias que ha de enriquecer su conciencia. En una vida podemos encarnar como hombre y en la próxima como mujer con la intención de ver el efecto que se desprende del uso de la voluntad ejercida cuando encarnamos como hombre.

Independientemente de que encarnemos como hombre o como mujer, todos llevamos en nuestro interior el arquetipo Aisha, la que es susceptible de quedar embelesada por la tentadora invitación de gozar antes de tiempo del fruto que nos ofrece nuestras acciones creadoras. Pero recordemos una vez más que Aisha refleja lo manifestado por Adam, es por ello que Jehová se dirige a Él en primer término, pues es en el Principio de la Voluntad donde emana el error. Ese error, que personificará y reflejará Aisha.

Reflexionemos sobre este punto, y preguntémonos, ¿qué dirección toma nuestra voluntad, nuestros pensamientos?, pues nuestra realidad material, será el reflejo de esa decisión.

Aisha le responde a Jehová: “Nahash, esta pasión insidiosa, ha sido la causante de mi delirio, y me he alimentado”.

Esa es la labor de Aisha. Ese es su magnífico papel: la Facultad de Comprender. Es viendo los efectos, como podemos conocer las causas. Si vivimos el error, la separación, la dualidad, es porque nuestros pensamientos perciben el error, creen en la separación, y se expresan dualmente.

Aisha reconoce, comprende que la causa que la ha llevado a ese acto, ha sido sentir apetencia por la voz de Nahash y, Nahash tan sólo puede enseñarnos por la vía de la separación, pues ellos, recordad, se escindieron de su Oleada de Vida Angélica, precisamente por negarse a integrar el Fuego y el Agua, o lo que es lo mismo, por negarse a bajar el tono de su Luz para que la creación continuase en el Proceso de la Evolución.

No hay comentarios:

Publicar un comentario