Trabajos
del 3º Día de la Creación.
Traducción Convencional: “Dijo luego: Júntense en un lugar las
aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco”. Así se hizo; y se juntaron
las aguas de debajo de los cielos en sus lugares y apareció lo seco; y a lo seco
llamó Dios Tierra, y a la reunión de las aguas, mares. Y vio Dios ser bueno.
Dijo luego: “Haga brotar la tierra hierba verde, hierba con semilla, y árboles
frutales, cada uno con sus frutos, según su especie, y con su simiente, sobre
la tierra”. Y así fue. Y produjo la tierra hierba verde, hierba con semilla, y
árboles de fruto con semilla cada uno. Vio Dios ser bueno; y hubo tarde y
mañana, Día Tercero.
Pasemos a la traducción de
Fabre d´Oliver: “Dijo
aún Él-los Dioses: “Las ondas inferiores y gravitantes de los cielos tenderán
irresistiblemente juntas hacia un lugar determinado, único; y la aridez
aparecerá: y esto se hizo así. Y designó la aridez bajo el nombre de Tierra,
elemento terminante y final, y el lugar hacia el cual debía tender las Aguas,
lo llamó Mares, inmensidad acuosa: y considerando las cosas, Él, el Ser de
Seres, vio que serían buenas. Prosiguiendo en declarar su Voluntad, dijo,
Él-los Dioses: La Tierra hará vegetar una hierba vegetante, y germinando de un
germen innato, una sustancia fructuosa llevando su propio fruto, según su
especie, y poseyendo en sí misma su poder semencial: y esto se hizo así. La
Tierra hizo crecer en su seno una hierba vegetante y germinando de un germen
innato, según su especie, una sustancia fructuosa, poseyendo en sí misma su
potencial semencial propio: y Él-los Dioses, considerando tales cosas, vio que
serían buenas. Y tal fue el Occidente y tal fue el Oriente, el objetivo y el
medio, el término y el arranque de la Tercera manifestación fenoménica.
Para comprender,
correctamente, el significado recogido en este pasaje y no caer en la tentación
de interpretar que los Trabajos realizados en el 3º Día de la Creación dieron
lugar a la aparición de la Tierra, el Mar y los Árboles, tal y como la
conocemos hoy día, es preciso revisar en qué situación nos encontramos, al
iniciar dichos Trabajos.
Al finalizar la
Manifestación del 2º Día de la Creación, se habían activado las funciones de
dos de los cuatro Elementos dispuestos por los Zodiacales: El Fuego y el Agua.
Estos Elementos habían favorecido, a su vez, la creación, en estado potencial,
de dos Vehículos, el Cuerpo Denso y el Cuerpo de Deseos.
Veíamos que, como
consecuencia de los Trabajos de integración del Fuego y el Agua, se había alcanzado un inmenso potencial
fecundador. De hecho, de la manifestación de dichos Elementos, tendría lugar la
manifestación posterior de las dos polaridades fecundantes del universo: la
masculina y la femenina; una activa y la otra pasiva.
De esa unión, surge una
tercera manifestación. Si tomamos una semilla (Fuego-masculino-1ª fase) y la
sembramos en la tierra (Agua-femenino-2ª fase), nacerá una planta, la cual,
potencialmente, nos permitirá “conocer” el fruto que obtendremos de ella cuando
alcance su fase final.
La condición manifestada en
la 3ª fase, nos permite evidenciar el resultado que obtendremos, sin embargo,
dicho resultado no se alcanzará hasta la 4ª fase.
Si aplicamos esa analogía a
lo sucedido en el 3º Día de la Creación, podemos asegurar, que en realidad, lo
que está describiéndonos su contenido es que se llevó a cabo una importante
labor de “ordenación” de los Elementos, de tal modo, que nos permitía “conocer”
en estado potencial, en “Principios”, lo que se manifestaría, como tangible,
alcanzada la 4ª fase del proceso creador, esto es, el 4º Día de la Creación.
Cuando un arquitecto crea en
su mente un diseño, está activando el Elemento Fuego, su inspiración proviene
de lo más elevado de su ser; posteriormente, se produce una identificación
emocional, la cual le lleva a amar su inspiración, su idea, y con ello, está
activando el Elemento Agua, ese sentimiento surge de su Cuerpo de Deseos. Ya
tiene los elementos fecundantes y de su unión surge, la iniciativa de llevar al
papel el diseño que le ha inspirado. Con ello, acomete la labor de “ordenar”
cada uno de los elementos que forman parte de su proyecto. Podríamos decir, que
alcanzada esa fase, la obra adquiere una “forma ordenada”, sin embargo, aún no
es una realidad material.
Esto mismo ocurre, en los
Trabajos realizados en este 3º Día; Elohim realiza el boceto donde se dibuja el
orden que tendrá todas las cosas y a ese boceto, le llama “tierra”, “un
elemento limitado que engloba y concentra a todos los demás elementos”.
La tutela de los Trabajos
del 3º Día de la Creación corrieron a cargo de Binah-Inteligencia Activa y
gracias a su directriz, se puso orden en el Elemento Aire, el cual dio lugar al
nacimiento de un nuevo Vehículo, el Cuerpo del Pensamiento y a la manifestación
de un nuevo aspecto del Espíritu, el Espíritu Humano. Igualmente, como
consecuencia de los Trabajos realizados en este Día Cósmico, Elohim emanó una
nueva Oleada de Vida, en esta ocasión, la Oleada de Vida Vegetal.
Elohim proyectó su Luz sobre
el nuevo Elemento, el Aire, lo que originó la separación de dicho Elemento, de
la Tierra, la cual quedó aislada automáticamente. Podemos decir, que cada vez
que manifestamos nuestro pensamiento, aparece el medio material que ha de
servirle de terreno de pruebas; un medio en el que se encuentran integrados los
otros tres elementos, puesto que, como hemos visto, Tierra significa el
elemento que contiene y engloba a todos los demás.
Realmente, podríamos decir,
que la Creación comienza, en el 3º Día, cuando se han llevado a cabo los
Trabajos de ordenación del inmenso Caos, con el que se habían manifestado las
Esencias de los Zodicacales.
Si trasladamos lo dicho, en
el párrafo anterior, a nuestras vidas, podemos decir, que nuestra labor
creadora se pone de manifiesto cuando hacemos uso de nuestro pensamiento y
expresamos nuestra capacidad organizadora.
El mundo material, tal y
como lo percibimos, es la manifestación externa de nuestros pensamientos.
Al igual como ocurre con el
Elemento Agua y el Mundo de las Emociones, el Elemento Aire, también se divide
en diferentes niveles. Podemos hablar de la Región del Pensamiento Abstracto y
la Región del Pensamiento Concreto. En la primera de estas dos Regiones se dan
cita los pensamientos más elevados, los que se identifican con el Mundo
Espiritual y en la segunda, encontramos los pensamientos orientados a la
conquista del Mundo Material.
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