jueves, 5 de junio de 2025

Capítulo 21. Razón y Percepción: Introducción

 Capítulo 21

RAZÓN Y PERCEPCIÓN

 

Introducción.

1. La proyección da lugar a la percepción. 2El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. aNada más. 3Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. 4Por lo tanto, es importante para ti. 5Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. 6Tal como el hombre piense, así percibirá. 7No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él. 8La percepción es un resultado, no una causa. 9Por eso es por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene sentido. 10Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. 11Nada que se perciba sin ella tiene significado. 12Y donde no hay significado, hay caos.

Si analizamos el aprendizaje que nos aporta el proceso creativo de Dios, podemos tener una visión correcta y verdadera del poder de la mente y comprenderemos el mecanismo por el cual se produce la proyección.

La frase “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza” aparece en la Biblia en el libro de Génesis 1:27.

En el texto del Curso, se recoge lo siguiente con relación a esta frase: "La afirmación "Dios creó al hombre a imagen y semejanza pro­pia" necesita ser reinterpretada. 2"Imagen" puede entenderse como "pensamiento", y "semejanza" como "de una calidad semejante." 3Dios efectivamente creó al espíritu en Su Propio Pensa­miento y de una calidad semejante a la Suya Propia. 4No hay nada más" (T.3.V.7:1-4).

Aceptar esta interpretación nos lleva a conocer el proceso de crear. Si la creación de Dios es parte de Sí Mismo, en Su Propio Pensamiento y de una calidad semejante a la Suya Propia, nuestras creaciones serán semejantes a las Suyas y tendrán su mismo sello, esto es, serán verdaderas y eternas. Su calidad está garantizada por la esencia del Amor y aporta la visión interna de la Unidad. 

Cuando la voluntad se dirige hacia la visión de Si Mismo, a la visión interna de lo que se Es, da lugar a creaciones que son extensiones del Ser. Cuando la voluntad, que goza de libre albedrío, se dirige en otra dirección inspirada por el deseo, se produce un desajuste en la visión y en vez de visionar nuestro interior, elegimos ver en otra dirección, lo que produce una alteración en lo creado. Esa alteración se conoce como proyección. Ya no es una extensión semejante a lo que vemos en nuestro interior. Ya no es una extensión del amor-unidad, ahora responde a la fuerza llamada deseo que nos lleva a ver de otra manera, es decir, a sustituir la unidad por un pensamiento separado que da lugar a la percepción, abandonando de este modo la visión del Conocimiento de lo que somos.

5La percepción, por otra parte, no puede tener lugar sin la creencia en "más" y en "menos". 6La percepción entraña selectivi­dad a todo nivel. 7Es un proceso continuo de aceptación y rechazo, de organización y reorganización, de sustitución y cam­bio. 8Evaluar es un aspecto esencial de la percepción, ya que para poder seleccionar es necesario juzgar" (T.3.V.7:5-48).

La percepción es el efecto de utilizar nuestra mente al servicio de una voluntad que sirve al deseo. Dicho de otro modo, la percepción es el efecto de la proyección de nuestra creencia en la separación.

2. La condenación es un juicio que emites acerca de ti mismo, y eso es lo que proyectas sobre el mundo. 2Si lo ves como algo condenado, lo único que verás es lo que tú has hecho para herir al Hijo de Dios. 3Si contemplas desastres y catástrofes, es que has tratado de crucificarlo. 4Si ves santidad y esperanza, es que te has unido a la Voluntad de Dios para liberarlo. 5Estas son las únicas alternativas que tienes ante ti. 6lo que veas dará testimonio de tu elección y te permitirá reconocer cuál de ellas elegiste. 7El mundo que ves tan sólo te muestra cuánta dicha te has permitido ver en ti y aceptar como tuya. 8Y si ése es su significado, el poder de dar dicha tiene entonces que encontrarse en ti.

No podemos menospreciar el poder de la mente. Cuando sirve al deseo de ser especial, da lugar a un mundo que lleva ese mismo sello, es decir, es a nuestra imagen y semejanza, de nuestro mismo pensamiento y de la misma calidad. El deseo de ser especial da lugar a la proyección y a la percepción, donde el Ser Espiritual es sustituido por el cuerpo físico.

Las consecuencias de sentirnos especiales nos llevaron a la creencia en el pecado y en la culpa. La pérdida de la inocencia desencadenó el deseo profundo y necesario de redimirnos de nuestros pecados. De este modo, el sacrificio y el dolor se convierten en los fervientes servidores de nuestra salvación.

La condenación forma parte de nuestro sistema de pensamiento dado que es lo que nos estamos aplicando interiormente, entendiéndola como la vía que ha de ganar el perdón de Dios.

Al formar parte de nuestros pensamientos, de nuestra visión, la proyectaremos y la percibiremos, recibiendo del mundo exterior el juicio de nuestros actos y su condenación como el único camino para alcanzar la salvación.

El plato del dolor y el sufrimiento está servido y todos comeremos de él.

El Curso que estamos estudiando es una invitación a cambiar nuestra manera de ver las cosas y a recordar nuestra verdadera identidad. Tenemos que ejercitar y entrenar nuestra mente para que sirva a una voluntad dirigida correctamente hacia la visión de la unidad. Tan solo así podremos andar el camino que ha de conducirnos a la salvación. 

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